miércoles, 29 de agosto de 2012

Enjaulado


Ya habían pasado dos meses desde el día en que nos “conocimos”… empezamos con mensajes en los cuales te descubrí mis fantasías.

Y ahora estaba delante de la puerta tal y como me habías ordenado en tu ultimo mensaje… estaba nervioso, al fin iba a conocer a mi AMA tu ya me habías visto mediante la webcam, pero siempre me has negado a mi ese privilegio.

Empujo la puerta y tal como me habías indicado estaba abierta, entro despacio y cierro la puerta una vez estoy dentro, me desnudo y dejo mi ropa en una esquina cojo la venda que hay en el mueble que hay y me tapo los ojos y te espero.

Ahí estoy yo desnudo con los ojos tapados y nervioso, nervioso y excitado… mi pene se yergue mostrando mi excitación.

No sé cuanto tiempo ha pasado cuando oigo tus pasos acercándote, me ordenas me de la vuelta y ponga mis manos a la espalda. Me colocas unas esposas y después me pones un collar al cuello del cual pende una cadena con la cual me guías.

Hemos llegado a una habitación, me ordenas que me arrodille y apoye mi pecho sobre una pequeña mesa. Enganchas la cadena a la mesa con lo cual me es imposible levantarme, me separas las piernas y me atas una barra a ellos que impide que pueda cerrarlas… ahora estoy totalmente a tu merced.

En nuestras conversaciones te había dicho que una de mis fantasías era ser poseído por mi AMA y parece que ahora iba a pasar… pero ahora estaba asustado, nunca me habían penetrado y tenía miedo… miedo al dolor y a la vez estaba excitado como lo demostraba mi pene que colgaba desafiante entre mis piernas.

Me dejaste en esta posición ofrecido bastante tiempo no sé si estaba a mi lado disfrutando de mi entrega o te habías ido.
Tu mano comienza a acariciarme la espalda en dirección a mi culo… te posas en él y te internas entre mis piernas, acaricias mi pene y mis huevos haciendo que mi pene se ponga mas duro todavía si esto es posible.

Me atas los huevos y noto como un peso hace que se estiren separándose de mi cuerpo, no es doloroso pero si que molesta un poco.

Comienzas de nuevo a acariciarme el culo y noto algo frío en él, debe de ser algún lubricante para facilitar la penetración. Introduces un dedo y jugueteas con él dentro de mi, no ha sido doloroso y me esta gustando. Después de un rato a ese dedo le acompaña otro, mi excitación es máxima y muevo mi culo buscando tus caricias como una perra en celo una perra con pene.

De pronto sacas tus dedos y noto como algo mas grande esta intentando penetrarme, lo has apoyado en mi entrada y con tus manos en mis caderas comienzas a penetrarme. Ahora si que me duele y gimo de dolor, me has ordenado que no hable durante toda la sesión, pero no me habías prohibido gemir o gritar, querías oírme sufrir.

Poco a poco vas entrando y mi dolor va en aumento y mi excitación también, como lo demuestra mi pene que cuelga en toda su plenitud entre mis piernas.

Un ultimo empujón y llegas hasta el fondo arrancándome un grito de dolor. Te quedas un rato quieta saboreando el placer de haberme desvirgado. Pero pronto comienzas a moverte, entrando y saliendo sin darme aun tiempo a adaptarme al intruso que me esta poseyendo. La sacas lentamente dejándome vacío, pero cuando me vuelves a penetrar lo haces fuerte y de un solo empujón arrancándome gritos de dolor un dolor dulce por sentirme poseído por primera vez en mi vida.

Poco a poco mi culo se adapta al intruso y mis gritos se van convirtiendo en gemidos de placer.

El peso que cuelga de mis huevos se balancea entre mis piernas estirando mas de ellos y provocando un pequeño dolor que hace que me sienta aun mas poseído.

Te oigo gemir por lo que deduzco que el arnés que te has puesto debe de ser doble y tu también estas siendo penetrada por él, debes estar cercana al orgasmo ya que tus movimientos son cada vez mas fuertes y violentos.

Es esta violencia lo que hace que mi excitación aumenta aun todavía mas, poco a poco noto como me acerco a mi orgasmo, y en una de tus embestidas cuando estas mas dentro de mi me corro soltando todo mi semen al aire.

Mientras tu sigues buscando tu propio placer.

Poco después te derrumbas sobre mi penetrándome profundamente, es maravilloso notar tus tetas sobre mi espalda.

Pasan unos minutos y te separas de mi dejándome vacío y abierto.

Regresas y sueltas las ataduras de mis piernas y de mi cuello, he haces ponerme en pie y seguirte.

Me introduces en la bañera y me dejas de pie, abres el grifo y comienzas a lavarme con agua fría, mi pene que empezaba otra vez a excitarse se encoge rápidamente por el frío.

Estoy tiritando por el frío pero a ti parece no importarte y continuas con tu trabajo, cierras el agua y manipulas mi pene y mis huevos. Creo que me estas poniendo un cinturón de castidad, ¡otra de mis fantasías!

Oigo un clic, y deduzco que ahora ya estoy totalmente enjaulado.

Me sacas la venda y cuando mis ojos se acostumbran a la te veo por primera vez… estas desnuda y ello hace que me excite pero mi pene no puede crecer debido a su nueva jaula.

Me secas y me haces que te siga, vamos al salón y tu te sientas dejándome a mi de pie con las manos a la espalda.

Me dices que yo seré tu perrita fiel y como tal deberé andar en todo momento a cuatro patas por lo que te levantas y me liberas las manos. Al momento yo me pongo a cuatro patas quedando mi cabeza enfrente de tu coño, lo tienes afeitado y se ve húmedo debido a la excitación de saber que tienes un hombre a tus pies dispuesto a todo.

Te vuelves a sentar en el sillón dejando abiertas tus piernas para enseñarme tu coño… mi pene lucha por salir de su encierro pero eso es imposible.

Comienzas a acariciar tus tetas, rápidamente tus pezones se ponen duros, deslizas una de tus manos por tu vientre y acercándose poco a poco a tu coño afeitado. Lo acaricias lo abres, introduces uno de tus dedos y lo sacas todo húmedo y te lo llevas a la boca saboreándolo.

Me ordenas que me acerque y que te chupe el coño, tus ordenes son rápidamente cumplidas y me dedico a pasar mi lengua por todo tu coño… me encanta tu sabor, mi lengua juguetea con tus labios separándolos e introduciéndose en ti.

Tus gemidos son cada vez mas fuertes y con tus manos agarras mi cabeza presionando sobre ella. Mi lengua se introduce mas dentro de ti bebiendo tus jugos y saciando mi sed de ti.

Mientras mi pene aprisionando lucha por salir.

Te corres ruidosamente en mi boca mientras yo no paro de lamerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario